ARTICULO 39 CPEUM. LA SOBERANIA NACIONAL RESIDE ESENCIAL Y ORIGINARIAMENTE EN EL PUEBLO. TODO PODER PUBLICO DIMANA DEL PUEBLO Y SE INSTITUYE PARA BENEFICIO DE ESTE. EL PUEBLO TIENE EN TODO TIEMPO EL INALIENABLE DERECHO DE ALTERAR O MODIFICAR LA FORMA DE SU GOBIERNO.

domingo, 26 de junio de 2016

"Diálogo con olor a sangre" (Revista Proceso, 26 de junio, 2016)

Enrique Peña Nieto, MF Beltrones y MA Osorio Chong
John M. Ackerman 

La sangre de Nochixtlán tiene sin cuidado al gobierno asesino. Lo único que le interesa es apagar el fuego de la creciente resistencia magisterial, estudiantil, popular y ciudadana. Desde las comunidades indígenas de Oaxaca hasta Nueva York, desde Monterrey hasta la UNAM, todos los días crece el repudio a la masacre cometida por los policías federales y estatales el pasado domingo, 19 de junio. La solidaridad nacional e internacional incluso se ha generalizado más rápidamente que después de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014. 

Lo que ocurrió en Nochixtlán no fue un “choque” o un “enfrentamiento” entre dos grupos en conflicto, maestros y policías, sino un ataque premeditado ejecutado a sangre fría por hombres encapuchados, fuertemente armados, al servicio de un gobierno despótico y corrupto. Las víctimas fueron maestros y ciudadanos de una zona con fuerte presencia indígena que defendían, con lápices, cuadernos y palos, sus derechos laborales, su cultura y su tierra. 

Ni un solo policía recibió un solo impacto de bala, por la sencilla razón de que ninguno de los manifestantes estaba armado. Tampoco hay evidencia alguna de que la Policía Federal hubiera sufrido una “emboscada” de parte de algún grupo violento ajeno al movimiento magistral. El pueblo mexicano ya no se deja engañar tan fácilmente por las “verdades históricas” del poder. Ya fluye suficiente información vía internet y en las redes sociales para poder desmentir, casi de inmediato, las manipulaciones de Televisa, Letras Libres y ¡Hola!
Los muertos de Nochixtlán
De acuerdo con testimonios recogidos por Arturo Cano, de La Jornada, fueron los mismos policías vestidos de civil quienes habrían incendiado los camiones y automóviles del bloqueo con el fin de generar un caos que pudiera “justificar” la utilización de fuerza letal en contra de los manifestantes. Los policías también dispararon una gran cantidad de gases lacrimógenos, de fabricación estadounidense, desde sus barricadas y sus helicópteros. 

Los médicos en la comunidad de Hacienda Blanca tuvieron que suspender la atención a los heridos y desalojar su centro de salud para evitar ahogarse en la nube de gas tóxico. Los policías también detuvieron arbitrariamente a docenas de pobladores de la zona que no tenían relación alguna con el conflicto, incluyendo un amplio grupo de personas que estaba participando en un funeral en el panteón municipal que se encontraba cerca del operativo. 

El hecho de que la mayor parte de las víctimas del ataque no hayan sido maestros, sino personas de la comunidad solidarias con la causa magisterial, demuestra la profundidad de la batalla civilizatoria en que se encuentra inmersa la nación. La lucha en contra de la reforma educativa cada día se convierte más en una batalla de todo el pueblo mexicano en defensa de la patria, la historia y la dignidad. 

Es entonces aplaudible que el diálogo no sea con el Secretario de Educación Pública sino con el Secretario de Gobernación. Lo que está en juego no es solamente la contra-reforma educativa sino todo un sistema de gobierno despótico y corrupto que busca imponer por medio de la fuerza una agenda colonial y privatizadora en todos los sectores de la economía nacional, incluyendo el petróleo, la electricidad, la salud, el agua, las universidades, las pensiones, y el sindicalismo, entre otros. 

Los maestros de la CNTE tienen perfectamente claro la interrelación entre las diversas causas. Por ejemplo, en su convocatoria para la marcha del pasado viernes, 17 de junio en la Ciudad de México, los profesores explícitamente ligaron la reforma educativa con la reforma energética y celebraron el hecho de que “la insurgencia magisterial se articula con una insurgencia popular” más amplia. 

Al enviar los maestros a negociar con Miguel Angel Osorio Chong en lugar de con Aurelio Nuño, el gobierno tiene la intención de limitar y encasillar las demandas de los maestros. Pero en realidad esta situación abre el panorama para abordar un abanico mucho más amplio de temas. La CNTE tendría que aprovechar de este error táctico de su adversario para poner a discusión de una vez a todas las “reformas estructurales” del Pacto contra México así como la “gobernabilidad” en general del país. 

Pero primero habría que superar otro tema delicado. Recordemos que como resultado de las reformas impulsadas por Peña Nieto, la Policía Federal ahora pertenece a la Secretaría de Gobernación. En consecuencia, Osorio mismo sería el principal responsable por la masacre de Nochixtlán. ¿Cómo podrán los maestros sentar en la misma mesa con el presunto asesino de sus amigos y colegas? 

Osorio se ha comprometido llevar a cabo una investigación exhaustiva de los acontecimientos del 19 de junio. Pero la única forma para realizar una indagación auténticamente transparente e imparcial sería si el principal responsable de la corporación bajo investigación primero se separara de su cargo. Así como Ángel Aguirre tomó licencia después de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, Osorio también tendría que abandonar su cargo a raíz de la masacre de Nochixtlán. 

Una condición más para el diálogo tendría que ser la libertad inmediata de todos los presos políticos de la CNTE, y en particular de los 13 presos pertenecientes a la Sección XXII del sindicato, con sede en Oaxaca. La detención arbitraria y fabricación de cargos en contra de Rubén Nuñez y Francisco Villalobos, los dos líderes máximos de esta sección sindical, fue la dinamita que terminó de polarizar la situación en la entidad. Ningún diálogo podría avanzar sin su libertad inmediata, así como la de sus otros 11 colegas también injustamente encarcelados. 

México se acerca a un momento crítico en su historia. Para avanzar con paso firme, habría que ejercer la autocrítica y aprender de los errores cometidos durante las negociaciones de paz entre el EZLN y Ernesto Zedillo, las mesas de diálogo entre Javier Sicilia y Felipe Calderón y los múltiples encuentros entre los padres de familia de Ayotzinapa y el gobierno de Peña Nieto. Evitemos las trampas del poder y la esterilización de los diálogos. Aprovechemos esta importante coyuntura para sentar las bases para una transformación profunda de la República. 

Publicado en Revista Proceso No. 2069
(C) John M. Ackerman, Todos los derechos reservados

Twitter: @JohnMAckerman

lunes, 13 de junio de 2016

"Intolerancia tecnocrática" (Revista Proceso, 12 de junio, 2016)

Arturo Fernández, Rector del ITAM
John M. Ackerman 

Desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), los nuevos capitanes de la corrupción política han querido vendernos el cuento de que representarían un “nuevo PRI” más “tecnocrático” que vendría a reemplazar los “dinosaurios” del viejo partido del Estado. Hoy, casi 30 años después, a todos nos queda claro que la nueva generación de políticos entrenados en universidades privadas y extranjeras son peores que sus predecesores. 

Los nuevos priistas son menos capaces, menos cultos y menos tolerantes. Luis Videgaray, José Antonio Meade, Emilio Lozoya y Armando Ríos Piter, todos egresados del Instituto Tecnológico Autónoma de México (ITAM), son ejemplos del fracaso de la tecnocracia neoliberal en generar un desarrollo sustentable y equitativo en el país. Si bien han recibido jugosas recompensas por su servidumbre al capital y al imperio, han dejado en la ruina al pueblo mexicano. 

La economía nacional hoy se encuentra desmantelada, fragmentada y al servicio de las grandes corporaciones transnacionales. La pobreza y la desigualdad avanzan sin freno, ya tenemos más de 60 millones de pobres en el país, y el medio ambiente sufre bajo el avance de las empresas mineras, petroleras y de “fracking” en todo el territorio nacional. La devaluación del peso también hunde a la Nación. Pero en lugar de estimular la economía y apoyar al pueblo en un momento de gran necesidad, los “tecnócratas” obedientes a Washington han anunciado, el pasado lunes, más recortes millonarios al gasto público y social. 

La nueva generación de priistas también es más violenta, más corrupta y más apátrida que la anterior. A pesar de su corta edad, Enrique Peña Nieto tiene una de las almas más corroídas y desgastadas del país, evidenciada con su trato hacia los padres de familia de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y los miles de otros casos de violaciones graves de derechos humanos. Javier Duarte, Gobernador de Veracruz, y Roberto Borge, Gobernador de Quintana Roo, ambos derrotados en las urnas el domingo pasado, también son claros botones de muestra de los extremos a que ha llegado la podredumbre del nuevo-viejo Partido de Estado. 


Francisco Villalobos, dirigente de la CNTE y preso político
No debe sorprender entonces que el Rector del ITAM, Arturo Fernández, quien también funge como Consejero del Fondo Mexicano del Petróleo que administra el botín de la privatización petrolera, se haya lanzado con tanta saña en contra los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y contra el nuevo partido ciudadano, Morena. 

El pasado lunes 6 de junio, un día después de las elecciones, el jefe y guía de los tecnócratas declaró en un discurso durante la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer que “la reacción y resistencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha sido como la que se espera de un animal herido de muerte, que lanza gruñidos y zarpazos a diestra y siniestra; se trata de una organización política que agrupa a un gremio radical formado en una ideología guerrillera, rémora de lo peor de nuestro pasado político”. 

Con respecto al partido Morena, el Rector afirmó que “el desvergonzado apoyo de un partido político a esta organización [CNTE] no debe sorprendernos y nos devela su calaña y el riesgo que significa esta fuerza política para el futuro de nuestra nación”, de acuerdo con Proceso. 

Fernández apenas logra disimular su evidente clasismo y racismo. Al cuestionar la “calaña” de Morena y comparar la CNTE con un “animal herido”, lo único que revela es su enorme ignorancia e intolerancia. Siguiendo el ejemplo de Donald Trump, Fernández abandona cualquier decoro y transparenta su odio para el pueblo mexicano en su conjunto. 

Pero el señor rector va aún más allá de solamente escupir epítetos fascistas. También se lanza a la interpretación histórica al categorizar a la CNTE como una “rémora de lo peor de nuestro pasado político”. Podemos suponer que Fernández, quien se aferra a su puesto como rector desde hace 25 años al más puro estilo priista, se refiere a la larga tradición de educación popular, humanista y crítica surgida de la Revolución Mexicana y consolidada durante el sexenio de Lázaro Cárdenas del Río. Son precisamente los maestros más dignos de los estados del sur, como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, agrupados en la CNTE, quienes mejor canalizan y dan continuidad a este importante legado histórico. 

Al lanzarse en contra de los maestros rurales, es Fernández quien revive una de los peores momentos de la historia nacional: la Guerra Cristera. Al final de la década de los veinte, la iglesia y la oligarquía llamaban literalmente a linchar a los maestros que implementaban la avanzada política de Estado de establecer la educación laica y gratuita en todo el país. 

Frente al enorme apoyo ciudadano para los maestros en lucha y el imparable crecimiento de Morena, el sistema de intolerancia asesina y tecnocracia inculta ha entrado en pánico. Cada día queda más claro que quien polariza y violenta al país no es la izquierda ciudadana, sino la derecha oligárquica. Se consolida un nuevo bipartidismo entre los mismos de siempre y la esperanza del futuro. Tarde o temprano todos tendremos que definirnos frente a la historia. 

Twitter: @JohnMAckerman

Publicado en Revista Proceso. No. 2067
(C) John M. Ackerman, Todos los derechos reservados