John M. Ackerman
Históricamente uno de los obstáculos más importantes para la materialización de los avanzados principios y compromisos enarbolados durante la Revolución Mexicana y plasmados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos han sido los falsos discursos “liberales” que fingen apoyar las conquistas sociales pero que en realidad defienden los privilegios de la oligarquía. Los planteamientos de Enrique Krauze sobre la reforma energética dan continuidad a este liberalismo autoritario, hoy ya transmutado en un neoliberalismo trasnochado, que nada bueno ha dejado a la nación.
El 21 de mayo de 1911, en la firma de los acuerdos de Ciudad Juárez con el gobierno de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero traicionó el ala campesino de la Revolución y abandonó su compromiso con el reparto agrario originalmente incluido en el artículo tercero de su Plan de San Luis (véase: http://ow.ly/pqGAB). Más adelante, ante la huelga general estallada el 31 de julio de 1916, el entonces Presidente Venustiano Carranza se olvidó de sus compromisos “Constitucionalistas”, impuso la Ley Marcial e incluso se atrevió a establecer la pena de muerte para todos los “trastornadores del orden público”.
En su discurso inaugural al Congreso Constituyente de 1916-1917 Carranza expuso las coordenadas básicas del liberalismo autoritario de donde hasta la fecha abreva el régimen político mexicano. El “Primer Jefe” dejó claro que la función más importante del gobierno “revolucionario” no sería propiciar la justicia social o garantizar los derechos colectivos, sino únicamente defender la “libertad humana” y la “libertad individual”. No fue gratuito, por ello, que su propuesta para el nuevo artículo 27 constitucional fuera tan conservadora y que en relación con el artículo 123 el Presidente no enviara propuesta alguna. Al parecer, la única “libertad” que le interesaba a Don Venustiano Carranza era la que necesitarían los nuevos oligarcas para explotar sin obstáculos a los campesinos y al pueblo trabajador.
Carranza también demostró un profundo desprecio por el pueblo mexicano y una idealización de los sistemas políticos extranjeros. Se refiere a Inglaterra y a Estados Unidos como “los pueblos más grandes y más poderosos de la tierra” y señala con entusiasmo la “grandiosidad de la revolución francesa”. En contraste, tacha de “ignorantes” a quienes hicieron la Revolución Mexicana y establece que el pueblo necesita “gobiernos fuertes, capaces de contener dentro del orden a poblaciones indisciplinadas, dispuestas a cada instante y con el más fútil pretexto a desbordarse, cometiendo toda clase de desmanes”. Carranza incluso recurre a los textos de Alexis de Toqueville para criticar la falta de la necesaria “cultura elevada” en México. De forma similar, Krauze hoy utiliza a George Orwell para descalificar los supuestos “dogmas” y “traumas” de la izquierda mexicana actual.
Madero y Carranza desde luego fueron grandes “patriotas” que amaban profundamente a México. También fueron “nacionalistas” que promovieron de manera firme, aunque con algunas inconsistencias importantes, los intereses nacionales sobre los extranjeros. Sin embargo, su limitada visión de la función social del Estado y su absoluto elitismo y clasismo dejaron sembrada la semilla para la eventual traición histórica de los principios revolucionarios y constitucionales.
Esta traición primero se materializa con los gobiernos de los líderes “sonorenses” Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Posteriormente, después de la bocanada de aire fresco del sexenio de Lázaro Cárdenas, la ideología del liberalismo autoritario se consolida durante el gobierno corrupto y oligárquico de Miguel Alemán y continúa sin descanso con los presidentes subsecuentes, incluyendo desde luego a Gustavo Díaz Ordaz y José López Portillo.
El neoliberalismo iniciado en 1982 con Miguel de la Madrid no implica entonces una ruptura con el proyecto original de Carranza, Calles y Alemán, sino su culminación y máxima expresión. La utilización del aparato estatal para empoderar a un pequeño élite así como para excluir y reprimir al pueblo ha sido la norma en México desde hace más de un siglo. Y hoy Enrique Peña Nieto busca que esta ideología finalmente rinda su fruto más venenoso: la devolución del petróleo mexicano a los intereses extranjeros.
No seriamos entonces quienes aspiramos a fortalecer y a limpiar PEMEX los que seguiríamos el ejemplo soberbio e irresponsable de López Portillo, como señala Krauze. Al contrario, quien de verdad emula a este expresidente, uno de más corruptos de la historia reciente, sería el mandatario actual, quien no ceja en su desesperado empeño por abrir nuevas oportunidades de jugosos negocios para sus socios y aliados.
No es pragmatismo sino mera ideología la base de la iniciativa de reforma energética de Peña Nieto (mi análisis: http://ow.ly/pqP7Q). Tanto la experiencia práctica con las privatizaciones de las últimas dos décadas como la corrupción de los contratos privados que ya inundan PEMEX han demostrado sin lugar a dudas que el sector privado no es más eficiente u honesto que el sector público. Asimismo, el comportamiento de las empresas petroleras transnacionales, ayer y hoy, deja muchas dudas respecto a su compromiso con el estado de derecho y el bienestar del pueblo mexicano (mi análisis: http://ow.ly/pqPU0). Resulta evidente que el primer paso para fortalecer la industria petrolera nacional debería ser aumentar la inversión pública y combatir la corrupción en PEMEX en lugar de hacer la paraestatal a un lado y entregar sus responsabilidades a empresas extranjeras.
Carlos Salinas de Gortari utilizó engañosamente la figura de Emiliano Zapata para vender y envolver su reforma privatizadora al Artículo 27 en 1992. Pero cuatro años después, la fiesta de su “zapatismo modernizado” fue arruinada por la rencarnación de los verdaderos ideales de Zapata en la figura del Subcomandante Marcos y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Hoy, Peña Nieto pretende burlarse de la inteligencia del pueblo mexicano al utilizar el legado del Gral. Lázaro Cárdenas para justificar la privatización petrolera (mi análisis: http://ow.ly/pqQBa). Si sigue los pasos de su mentor político e insiste tercamente en imponer sus reformas neoliberales, tarde o temprano Peña Nieto también tendrá que enfrentar la bravura del digno pueblo mexicano que sabe muy bien como revivir a sus héroes patrios para salvar a la nación.
Twitter: @JohnMAckerman
No es casualidad que fuerzas supuestamente antagónicas como los partidos políticos ahora anden de la mano. En el fondo, el PRI ha sido consecuente con el capitalismo y sus vaivenes (aunque a veces tuvo que maniobrar para que al pais no lo arrastrara el poder popular), y lo que vivimos en el presente no es máa que la confirmación de ello. El sueño de un Estado de carácter social fue una mera invención.
ResponderBorrarJohn,
ResponderBorrarEs un escrito interesante, aunque caben algunos comentarios: Este concepto de "liberalismo autoritario" mete algo de ruido. El utilizar banderas populares para gobernar, pero sin participacion social se llama populismo. Habria solo que recordar que el Fascismo fue una expresion populista. Cuanto se parece el estado mexicano posrevolucionario a un regimen fascista es discutible, pero la discusion se traslada al terreno de la exclusion social. Es decir, quizas el discurso de Lopez Portillo se pareciere mucho al de Cardenas Del Rio, pero cuantas diferencias en terminos de inclusion social en el diseno y operacion de politicas.
Perdón, señor Cristiano, no se habla de "liberalismo autoritario", sino de "neoliberalismo autoritario". Es decir, del NEOCAPITALISMO en su forma más salvaje y despiadada. La forma que despoja a los seres humanos "dispensables" de cualquier Derecho Humano que la legislación internacional (todavía) les concede. De eso, junto con el autoritarismo indispensable para imponerlo, habla John Ackerman.
BorrarMaría Soledad: muy buena precisión y aclaración para lo dicho por Cristiano..
BorrarJohn. Siempre puntual en sus razonamientos. Creo que sí se debe reformar el artículo 27 constitucional pero con la finalidad de salvaguardar los intereses de la nación, como son los hidrocarburos, las tierras de los ejidos y las comunidades, pues cada día, tanto los combustibles como las comunidades agrarias, se ven afectadas por intereses de cientos de supuestos inversionistas que lo único que quieren es aumentar su capital a costa de las clases mas desprotegidas (el pueblo, en él incluido todas las clases pobres) y lo mas triste es que los gobernantes se han olvidado de la gente que los a colocado en esos puestos de representación social y use olvidan la verdadera misión que tienen, servir al pueblo. Saludos
ResponderBorrarNo sea ingenuo. Una reforma como la que propone el gobierno, apoyada por la oligarquía, acabará con la esperanza de que los recursos naturales sirva de palanca de desarrolla nacional.
BorrarExcelente análisis John, puntual, preciso y soportado con hechos y resultados sucedidos en nuestro país. Saludos.
ResponderBorrarLa esencia del texto es rica y sustantiva. Soportada en datos históricos contundentes. Me gustaría encontrar más opiniones de la sociedad mexicana respecto al qué hacer, para aprovechar esta oportunidad y formular propuestas constructivas que sirvan a PEMEX a ser una palanca de desarrollo del país.
ResponderBorrarMi única duda es esta: como podemos medir y asegurar que la famosa renta petrolera verdaderamente nos riega a los beneficiarios mexicanos y no se queda en los ductos de la corrupción...
ResponderBorrarCon Enrique Krauze, el Dr. Ackerman no debate. PONTIFICA!
ResponderBorrarhttp://yo-en-voz-alta.blogspot.mx/2013/10/con-enrique-krauze-el-dr-ackerman-no.html
Observo tus escritos mas como un esfuerzo por elevar nuestra cultura, que como un debate ideológico con otro grande de los que escriben Historias.
ResponderBorrarEl asunto de Pemex o de cualquier asunto de importancia que se quiera tratar en este País, no encontrara solución alguna; si no hacemos esfuerzos por limitar la gran corrupción que nos invade en todas las esferas de nuestras vidas. Corrupción tanto de funcionarios Gubernamentales como de funcionarios de Empresas privadas.
Es tan grande la corrupción en nuestro País, que ya no sabemos cual es la diferencia entre un Gobernante un Empresario y un criminal del crimen organizado. Se han permeado tanto que ya no conocemos cual es la diferencia.
Ante esta situación como podemos defendernos de los que nos gobiernan, si históricamente todos los presidentes de México califican de una u otra forma como traidores a la Patria. Solo podemos exceptuar a lo más a tres de ellos.
¡Se ha demostrado. PEMEX no necesita ayuda! Los que necesitamos ayuda somos los Mexicanos. ¡Necesitamos un lider que nos aglutine y nos salve de nuestros pésimos gobernantes!
Hello, Guatama, I agree with you to the point where you say the major problem of your country is corruption. However, the general tendency to blame the leaders rather than the entire populace is like treating a headache while ignoring the ulcer that causes it. With all due respect, if most Mexican presidents are corrupt then it is likely that this is because most Mexicans are corrupt, be they taxi drivers, farmers, anglers, teachers or legislators. The fight against corruption must be wholesome. Thank you.
BorrarCreo que una buena parte de la poblacion nos hemos dado cuenta del secuestro del Estado Mexicano por parte de la mafia. Sabemos que las camaras no representan al Pueblo sino a los capitales nacionales o extranjeros y hago este comentario en sentido literal...estos diputados y senadores y el disque presidente representan Dinero, no personas.
ResponderBorrarLa gente en tanto que se pueda controlar como manada, es decir, como recurso humano de una proyecto empresarial es tomada en cuenta pero cuando estas mismas personas reclaman su derecho a la paz, la vivienda, la educacion, la justicia, el trabajo justamente retribuido, entonces se le reprime.
Lo que estamos presenciando es la falta total de un contrapeso al proyecto neoliberalista de los politicos y sus patrones.
La verdadera cuestion es: que hacer? como y cuando hacerlo?
Que hubiera pasado si Lopez Obrador no hubiera seguido el juego electorero? Que tal si se hubera mantenido en esa postura como Juarez lo hizo ante Maximiliano? La CNTE, el SME y mucha gente tendrian un sitio donde ser escuchados y ese aun que pequeno y aparentemente debil gobierno seria realmente legitimo....pero les siguio el juego y lo sigue haciendo con Morena que es sabido nace con los mismos vicios de otros partidos...el dinero corrompe....volviendo a lo otro...si Juarez no se hubiese mantenido firme a lo mejor hoy seriamos Mexique y estariamos en las mismas luchando contra vendepatrias.