ARTICULO 39 CPEUM. LA SOBERANIA NACIONAL RESIDE ESENCIAL Y ORIGINARIAMENTE EN EL PUEBLO. TODO PODER PUBLICO DIMANA DEL PUEBLO Y SE INSTITUYE PARA BENEFICIO DE ESTE. EL PUEBLO TIENE EN TODO TIEMPO EL INALIENABLE DERECHO DE ALTERAR O MODIFICAR LA FORMA DE SU GOBIERNO.

martes, 20 de mayo de 2014

"El mito de la transición democrática" (18 de mayo, 2014)


Vicente Fox y Ernesto Zedillo//Foto: Proceso Archivo
John M. Ackerman

Uno de los mitos más nocivos, que debilita la movilización social y el desarrollo de una conciencia crítica entre los mexicanos, es la idea de que en la última década y media “transitamos” hacia un régimen político más democrático. Antes de las elecciones presidenciales de 2000, teníamos perfectamente claro que vivíamos en un sistema autoritario y que hacía falta empujar hacia un cambio estructural del régimen. Hoy se supone que solamente se trataría de mejorar el funcionamiento de lo que ya tenemos. 

La función principal de este mito es cancelar la posibilidad de imaginar una transformación integral de la estructura de poder social. Se busca fomentar el conservadurismo y marginar a quienes apuestan a la construcción de nuevas utopías transformadoras. 

El debate sobre la democracia en México constituye entonces un estratégico campo de batalla intelectual. No es suficiente simplemente agregar adjetivos como “estancada”, “imperfecta”, “parcial” o “mediocre” a nuestras caracterizaciones del régimen político. Una “democracia imperfecta” es todavía, en esencia, un sistema “democrático” en que la sociedad ejerce su soberanía y constituye la fuente originaria del poder público. Estas perspectivas adjetivadas son importantes en cuanto ponen en cuestión la excesiva complacencia de los analistas orgánicos del régimen. Sin embargo, su aceptación de los términos generales del debate impuesto por el contexto de dominación estructural debilita enormemente su fuerza teórica. 

Los defensores de la tesis de que México efectivamente haya transitado de un régimen a otro tienen la obligación de demostrar que hoy los ciudadanos cuentan con más poder sobre la selección de sus gobernantes así como más control sobre los asuntos públicos del país que antes. Es una hipótesis muy difícil, sino imposible, de comprobar.

El indicador más común de la existencia de una transición democrática es la celebración de elecciones libres, limpias y auténticas en que las condiciones de competencia son equitativas y la “oposición” tiene posibilidades reales de ganar las elecciones. Es evidente que México no cumple con este requisito. Todas las elecciones presidenciales celebradas desde 1988 hasta la fecha han demostrado más allá de cualquier duda que los poderes fácticos y las instituciones electorales de ninguna manera permitirán la llegada de un verdadero candidato de “oposición” al poder. 

Algunos señalarían las “victorias” de Vicente Fox y de Enrique Peña Nieto como excepciones ya que tanto en 2000 como en 2012 se cambiaron los colores del partido que gobernaba el país. Sin embargo, ninguno de los dos puede ser caracterizado como un candidato propiamente de la “oposición”. 

Desde 1988, el Partido Acción Nacional (PAN) pactó con Carlos Salinas de Gortari y formó un “gobierno de coalición” de facto con el PRI que duró hasta el año 2000. Si bien se estableció una breve y poderosa alianza opositora entre el PAN y el PRD durante 1996 y 1997, que logró una histórica reforma electoral y la activación de la Cámara de Diputados como un contrapeso en materia presupuestal, este periodo fue la excepción que comprobó la regla. El aval conjunto entre el PRI y el PAN del histórico e imperdonable fraude de FOBAPROA en 1998 simbolizó y consolidó el rapprochement entre los dos aliados que en los hechos nunca se habían separado.

La llegada de Peña Nieto a Los Pinos en 2012 tampoco implica una victoria para la “oposición”. Desde el principio, tanto Vicente Fox como Felipe Calderón incorporaron destacados priistas dentro de sus gobiernos y mal-gobernaron de manera conjunta con el viejo partido del Estado. El papel de puente articulador de la alianza del PRIAN que en su momento jugó Diego Fernández de Cevallos durante la década de la concertacesión (1990-2000) lo jugó Manlio Fabio Beltrones durante los sexenios panistas.

Durante la campaña presidencial de 2012 fue notable como Calderón y el PAN dejaron morir a quien se supone era su candidato, Josefina Vázquez Mota. Después de la reunión privada que sostuvieron Calderón y Pedro Joaquín Coldwell en Los Pinos el 27 de febrero de 2012 se acumularon las evidencias de que Peña Nieto era el verdadero “destapado” del régimen. Las entrevistas del presidente en Televisa, el apoyo explícito de Fox para Peña Nieto y la pomposa ceremonia organizada con motivo de la muerte del ex presidente Miguel de la Madrid, fueron apenas los indicadores más visibles del pacto de sucesión que conduciría a la segunda alternancia sin democracia en México (análisis aquí: http://ow.ly/wTtRY). 

Hoy las elecciones en México no permiten la expresión auténtica de la voluntad popular, sino que son meras ceremonias en que los poderes fácticos reafirman y legitiman su control sobre la política nacional. Y solamente el observador más ingenuo podría pensar que la nueva integración del Instituto Nacional Electoral o la nueva reforma electoral “ahora sí” resolverían los graves problemas de ilegalidad, inequidad y fraude institucionalizados. 

Tampoco ayuda que los medios de comunicación dominantes jamás propician el debate informado, sino que fungen como correas de transmisión para las opiniones del poder. Los derechos a la protesta, a la reunión y a la petición ciudadana también han sido cancelados por el régimen, como ha sido evidente con la rotunda negativa del gobierno para debatir públicamente, de cara a la sociedad, las reformas energéticas, de telecomunicaciones y electorales.

México no cumple con los estándares mínimos para ser considerado como un régimen democrático. Por lo tanto, las luchas ciudadanas tendrían que orientarse hacia la transformación integral del sistema de dominación y control que mantiene a más de 60 millones de mexicanos en la miseria y a todos en un total estado de indefensión. No es suficiente cambiar de nombres a las mismas instituciones de siempre o modificar artículos legales que jamás se aplicarán. Tal y como lo señaló hace más de cincuenta años el gran maestro Pablo González Casanova en su obra clásica, La Democracia en México, México solamente avanzará si logramos transformar la estructura del poder social y política que subyace y controla desde fuera al sistema institucional formalmente constituido. 

Twitter: @JohnMAckerman

(C) John M. Ackerman, Todos los derechos reservados
(Publicado en Revista Proceso No. 1959)

9 comentarios:

  1. Y la imposiciòn de la dictadura de partido, fascista y retrògrado, abusivos ante una sociedad mayoritariamente aletargada.

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  2. Una analogía más certera no puede haber, sin embargo la preocupación que nos embarga a quienes estamos observando con claridad lo que sucede es como hacer a los que ya estamos hacinado algo o mucho para lograr un verdadero cambio de sistema ante un pueblo adormecido y huerto de hambre al que convencen unos cuantos pesos momentáneos en el bolsillo o una despensa o una bolsa de pan?

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  3. Como bien lo dice J. Ackerman todo esto es una simple manipulación y hacen cambiar todo para que siga siendo lo mismo: "un sistema autoritario" que busca engañar a través del maquillaje al INE antes IFE. La alternancia no significa democracia pues siguen siendo los mismos actores los que llevan las riendas del país ya que buscan mantener el poder a toda costa sin importar el daño pues tiene quien le siga dando somníferos a los ciudadanos: Televisa, TV azteca, futbol, alcohol.

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  4. Da gusto poder saber que no soy el único que se da cuenta de las artimañas de los políticos, pero, entristece que a la mayoría de las personas, no les importa cambiar la realidad existente, sólo obtener un bien económico raquítico y efímero, que estará siendo pagado con creces en lo posterior, por todos los demás.. Amo a México, me dan asco sus partidos!!

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  5. Desde principios de los 90s tal vez desde antes, la prensa en lugares que pocos leen comenzó a notificar en lugares que pocos leen que la banca internacional, para seguir dando empréstitos a México, le pedía como requisito, que tenía que parecer un país democrático, y así primero a cuentagotas y después con un chorro mas fluido, permitió que los otros partidos accedieran a puestos de poder,.pero sin ellos perder el control de éste y lo ha hecho tan bien que millones de mexicanos incluyendo a algunos prestigiados intelectuales como Woldemberg se han creído que en verdad hay democracia en México, no se han dado cuenta que en México, en hablando de política, todo es ilusión

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  6. Perdi el ultimo mensaje, el reportaje de LOS ANGELES TIMES.
    Puede alguien re-enviarme copia de ese mensaje ????
    Por favor.

    alfaro671@gmail.com

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  7. Estimado John:
    La democracia en México... No existe. Nunca existió, y por lo que se a visto, no existirá. Solo se requiere dar una mirada de pájaro a nuestra Historia. Un abrazo.

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  8. 60 millones de pobres, ni siquiera es 50 más uno, sino más diez, esta cifra garantiza el triunfo del hambre sobre el razonamiento de lo que debería ser cuando menos una exigua democracia. En eso se basan los poderes fácticos y políticos en lucrar con el hambre y mientras 60 millones de estómagos tengan hambre, será más difícil que se pueda alcanzar con menos de la mitad de la población un sistema democrático. Sin lugar a dudas que si hubo un tránsito sólo fue hacia lo mismo y lo peor, retornó aumentado en cinismo y corrupción.

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  9. Todos los que entendemos y nos definimos como opositores al poder marginador, discriminador y generador de la desnutrición del tejido social crítico, hemos aprendimos a tener una postura de crítica ante las injusticias que ejerce el poder, ahora bien, cabe una pregunta trascendental: ¿Qué hacemos nosotros ante tal escenario?, solamente nos quedamos en la crítica escrita, o realmente nos comprometemos a ejercer una actividad que movilice la conciencia social, es interesante saber que viene una avalancha del sur de nuestra "republica", controlada por las necesidades básicas, en la cual según las directrices de todas las organizaciones internacionales y nacionales, ya debieron de haber acabada, seamos honestos con nuestra realidad y congruentes con nuestra actividad de crítica, acerquemos la realidad a nuestra población, despertemos a un nuevo Leviatán, despertemos a la conciencia de clase social, despertemos a una nueva clase social que se caracterice por la comunicación, el estado de derecho y de igualdad de oportunidades ante la Ley.

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