John M. Ackerman
Los casos de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán y Ecuandureo evidencian un claro patrón de ataque sistemático desde las instituciones del Estado en contra de la población civil. Cada día resulta más evidente que el gobierno federal priista se comporta como un grupo más del crimen organizado, sin el menor respeto para la humanidad o el debido proceso. La crisis de derechos humanos que se vive en México es sin duda aún peor que durante el sangriento sexenio de Felipe Calderón.
Bajo el mando de Enrique Peña Nieto, las instituciones supuestamente “públicas” asesinan en sangre fría a sospechosos e intervienen sin control alguno a las comunicaciones privadas. No es de ninguna manera gratuita que el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez haya remitido su informe más reciente, sobre las ejecuciones extrajudiciales cometidas en Tlatlaya el 30 de junio de 2014, a la Corte Penal Internacional con sede en La Haya. El orden de “abatir los delincuentes en horas de oscuridad” convierte tanto los altos mandos de seguridad como el mismo Presidente de la República, como Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas, en probables responsables de la comisión de graves crímenes de lesa humanidad.
Abel Barrera, Director del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, ha puesto el dedo en la llaga: “Desde el período de la ‘Guerra Sucia’…las autoridades federales dispusieron del Ejército Mexicano para que se encargara de aplicar acciones de contrainsurgencia con el fin de acabar con la insurrección popular. Desde aquellos años las instituciones castrenses y las instancias encargadas de procurar y administrar justicia fueron utilizadas como estructuras delincuenciales para solapar y proteger a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad” (análisis completo disponible aquí: http://ow.ly/PnfPj).
El hecho de que hoy el modus operandi de las fuerzas de seguridad se mantiene igual que hace cuarenta años comprueba una vez más que México jamás experimentó “transición democrática” alguna. La alternancia entre el PRI y el PAN en el poder presidencial no ha sido más que una gran cortina de humo que ha servido para distraer la atención del proceso de consolidación de un Estado criminal.
El importe informe del Centro Pro Juárez sobre Tlatlaya (disponible aquí: http://ow.ly/Pnh4Y) constituye un estudio de caso aplicable a la totalidad del país. La cantidad de masacres que se han vivido en México durante los últimos años demuestra que el gobierno federal utiliza la fuerza letal del Estado sin responsabilidad alguna. De acuerdo con el centro de derechos humanos, los documentos internos del ejército establecen una “distinción tajante de la sociedad en tres grupos: los militares, la población civil y ‘los delincuentes’” y autoriza “abatir” a los supuestos integrantes de la tercera categoría.
Pero habría que recordar que la única institución facultada por las normas mexicanas para determinar si alguien es o no es un delincuente es el Poder Judicial de la Federación. Asimismo, las leyes nacionales prohíben tajantemente la aplicación de la pena de muerte. La ejecución en sangre fría de cientos de ciudadanos por las fuerzas del estado constituye una grave violación al Estado de derecho.
Resulta igualmente preocupante la utilización por el Gobierno Federal de la plataforma “Remote Control Sytem” de la empresa Hacking Team de Milán, Italia para intervenir las comunicaciones privadas de los ciudadanos mexicanos. Tal y como ha informado la Revista Proceso, esta empresa ha sido señalado por Reporteras Sin Fronteras como uno de los cinco “Enemigos Corporativos de Internet” así como exhibida por Citizen Lab por la utilización de sus programas para la represión de grupos disidentes y periodistas en Africa y el Medio Oriente.
Resulta risible la “aclaración” ofrecida por el Gobierno Federal de que el programa de espionaje se utilizaría “en el marco de la ley y sirve para escuchas legalmente autorizadas por el Poder Judicial de la Federación.” Un gobierno capaz de “abatir” en sangre fría a cientos de ciudadanos inocentes evidentemente no duda en también intervenir de manera indiscriminada la vida personal de los mexicanos con el fin de “abatir” la resistencia popular.
Queda meridianamente claro que Peña Nieto cuenta con el firme respaldo del gobierno de Barack Obama en su cruzada en contra de la sociedad mexicana. El reciente informe de derechos humanos del Departamento del Estado de los Estados Unidos tiende un manto de protección sobre Peña Nieto al indicar que casi todas las violaciones en la materia supuestamente se deberían a problemas al nivel local. Asimismo, el informe de la oficina de John Kerry ignora olímpicamente el tema de la represión política al señalar con gran ignorancia y mala fe que en México no existirían ni presos políticos ni detenciones arbitrarias de activistas sociales. El documento también dice que el gobierno mexicano “respeta generalmente” los derechos a la libertad de expresión y a la protesta y que la elección presidencial de 2012 fue “libre, justa y transparente”.
Resulta evidente que el adversario no es solamente el hombre sentado hoy en Los Pinos, sino una estructura internacional de complicidad neoliberal que busca acabar con cualquier resquicio de resistencia de los pueblos dignos en México, en Grecia y en el mundo entero. Urge consolidar la internacionalización de la lucha por la justicia y la democracia mexicanas.
Twitter: @JohnMAckerman
Acertivo artículo pero que adolece de ciertos elementos como ¿de qué lado o con qué cárteles está coordinado el gobierno federal? La supuesta "fuga" del Chapo y las recientes noticias de que éste colaboró con EPN financiando con millones y personal sicario la campaña electoral del ahora nefasto presidente, nos obliga a replantearnos nuevas rutas críticas de los acontecimientos. Gracias o a pesar del cumplimiento de la comisión de Alfredo Castillo el naciente movimiento liberador de los autodefensas está todavía siendo eliminado de Michoacán. Para el caso Castillo importó toda clase de sicarios, expolicías y funcionarios del Estado de México, que "instituyó" oficialmente en las diversas corporaciones policíacas para eliminar, desaparecer o encarcelar autodefensas. Castillo enlistó sicarios Viagras y otros no solo para eliminar autodefensas sino además eliminar o someter Templarios, lo que está prácticamente posibilitando la invasión de sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación en Michoacán. De ello se deriva la pregunta del motivo del interés del gobierno federal por favorecer la entrada de los Nueva generación en Michoacán. Más cercanos ahora que nunca los grupos Atlacomulco y Jalisco centro occidente para los negocios de minería planeados en la franja costera que incluye Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero. ¿dónde quedan los empresarios en todo este asunto de guerra sucia? Muchos trabajadores de empresas saben de cuantiosas contrataciones para excavar y construir túneles de gran longitud en diversas ciudades fronterizas para el narco tráfico. El túnel del supuesto "escape" del Chapo Guzmán no fue construido por simples albañiles ni sicarios sino por personal especializado de alguna de varias empresas que el gobierno fácilmente licita. ¿ante qué nueva guerra nos colocan los últimos acontecimientos si no caemos en la trampa de pensar que el imperialismo es un ente monoliticos sino que sus partes se juegan el poder en el dominio de jugosas ganancias? Todo parece indicar la nueva alianza del grupo Atlacomulco con el grupo Jalisco centro occidente que ya incluye Guanajuato, Querétaro y aledaños en tanto que el grupo norte regiomontano parece no estar en la lista de los agraciados... dejo en puntos suspensivos el comentario que por seguro muchos tildarán de especulación fortuita. Saludos.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarLa patética experiencia que nos ha dejado la historia aconseja no "esperar" nada de nadie y menos de autoridades y gobiernos ilegítimos, como lo son casi todos los del mundo, puesto que la democracia es solo demagogia, un sistema de representación guiado por el dinero en apoyo a los políticos y no reflejo de la voluntad popular, como se dice que es. ¿Cómo recurrir entonces al Gobierno de Obama? si de ahí mismo se marcan las directrices sociales, políticas y económicas.
ResponderBorrar